Valencia expuso estas peticiones en el diálogo #TúEresEuropa sobre discapacidad, organizado por la agencia de noticias Servimedia con financiación del Parlamento Europeo, en el marco del debate que las instituciones comunitarias abrieron con la sociedad civil mediante la Conferencia sobre el Futuro de Europa, en el que también participaron las eurodiputadas Mónica Silvana González (PSOE) y Rosa Estarás (PP).

 

De momento, solo España y Suecia han prohibido de forma taxativa esta práctica en sus legislaciones y Valencia defendió incluir la ilegalización de las esterilizaciones forzadas de personas con discapacidad en la futura Directiva Europea contra la Violencia sobre las Mujeres porque “es otro tipo específico de violencia de género”. “No debemos limitarnos a pensar que (esta violencia) viene solo de la pareja”, argumentó.

 

En este sentido, Mónica Silvana González expresó el compromiso del Grupo de la Alianza Progresita de Socialistas y Demócratas del Parlamento Europeo de emendar la directiva para “hacerla más exigente” e incluir en ella la prohibición y persecución de las esterilizaciones no consentidas.

 

Por su parte, Estarás reconoció la dificultad que supuso acordar esta propuesta de directiva, que reconoce la violencia de género como “eurodelito”. "Solo los delitos muy graves, como el tráfico de drogas, armas y de personas, son reconocidos a nivel europeo”, explicó, y de ahí la importancia de incluir la violencia contra las mujeres.

 

En su opinión, “las esterilizaciones forzadas deberían estar prohibidas por una cuestión de derechos humanos”, aunque solicitó también mejorar la atención médica y educativa que se presta a las familias y a las mujeres y niñas con discapacidad intelectual. “No se les puede dejar solas si llega ese embarazo”, subrayó

 

Marta Valencia respondió que “prohibir las esterilizaciones forzadas no tiene por qué desembocar en un embarazo no deseado” y subrayó que, de hecho, "las mujeres con discapacidad que han sido esterilizadas corren mayor riesgo de sufrir violaciones y abusos sexuales”. A su juicio, “lo que hay que hacer es informar y formar a las niñas y mujeres con discapacidad intelectual para que sepan elegir y tomar sus propias decisiones”.

 

 

Otra demanda que las tres defendieron fue la elaboración y publicación de estadísticas sobre género y discapacidad a nivel europeo, ya que “lo que no se ve, no existe”.

 

“Necesitamos datos” sobre las personas con discapacidad desagregados por sexo y también según el tipo de discapacidad”, reclamó Valencia. Asimismo, pidió “medidas de discriminación positiva” para favorecer el empleo de las mujeres con discapacidad, cuya tasa de actividad es del 35%; aprobar la Tarjeta Europea de Discapacidad para que “la libre circulación” de estas personas sea una realidad, y combatir la brecha digital, que afecta de forma muy particular a este colectivo, “sobre todo a las mujeres”.

 

Finalmente, Valencia apostó por reforzar las asociaciones de mujeres con discapacidad, dentro del feminismo y del propio movimiento de personas con discapacidad.

 

Fuente: Servimedia